Importante noticia canino-musical para nuestra raza

La famosa ópera de Sydney acogerá el sábado un público muy particular: en el espectacular escenario de este imponente edificio se ofrecerá un concierto para perros.

 

 

 

 

 

Al parecer, los sonidos de alta frecuencia que se podrán escuchar constituyen una delicia para los oídos de estos cuadrúpedos. La ópera de Sydney califica el espectáculo de «absolutamente imprescindible para todo perro y su amigo de dos piernas». Un «acontecimiento social que supera todos los géneros». 
 
No se escucharán ni el «Carnaval de los animales», de Camille Saint-Sans, ni mucho menos hits de los Pet Shop Boys. Se trata de una composición de Laurie Anderson, que presentará coincidiendo con su cumpleaños 63. Ella y su marido, el veterano rockero Lou Reed, son curadores del festival Vivid-Life de Sydney. 
 
La «musa» de su composición animal es Lollabelle, la Terrier Chilena de la pareja neoyorquina. «Le gustan sobre todo las cosas suaves, pero con un poco de chispa», dijo Anderson al diario «Sydney Morning Herald». 
 
En el caso de Lou Reed, su música no debe sumarle muchos puntos con respecto a Lollabelle, pues no es precisamente un rockero blando. Cuando esta semana actuó con su banda Metal Machine Trio en la casa de la ópera, muchos de los asistentes abandonaron la sala tras 20 minutos, señala un crítico musical. Era extremadamente estridente, como un motor gigante en marcha, argumentó. 
 
Peter Higgins es catedrático de Veterinaria en Sydney y escéptico en cuanto al concierto para perros. «Me parece todo muy antropomorfo», opina, muy para personas. «No conozco nada dentro de la bibliografía especializada que pruebe que los perros puedan disfrutar de la música», explica. 
 
Con todo, declara que «no les hará mal». Y los perros también contribuirán al conjunto de la pieza: sus reacciones podrán variar desde sonidos insistentes hasta ladridos, aullidos y gemidos. Y quienes lo soporten, serán recompensados: al final del espectáculo habrá galletitas para los cuadrúpedos. 
 
Anderson ha compuesto una pieza de 20 minutos, pues la capacidad de atención de los perros no se prolonga durante más tiempo. Para que el público se mantenga en su sitio, se ha contratado a un entrenador de perros profesional y los particulares espectadores serán repartidos por tamaños en varias jaulas. 
 
Con todo, del recital se desprende una cierta ironía: Sydney no es precisamente una ciudad amante de los perros: estas mascotas no pueden subirse ni a trenes ni a autobuses o taxis y en la ópera tampoco son bien recibidos. Un dueño de un perro contaba con sequedad: «Pregunté a Scout (su perro) si le apetecía ir, pero me dijo que le resultaba demasiado lejos». 
 
Además de un oído doblemente más fino que el de las personas, los perros tienen mucha más flexibilidad en los músculos de las orejas. Diecisiete músculos hacen que estas se yergan o se inclinen para situar mejor de dónde proceden los sonidos, según la bibliografía especializada. Quizá esta sea su salvación si no les gusta el recital: bajar las orejas. 
 
Importante saber que importantes personalidades ya cuentan con un ejemplar de nuestra raza criolla.